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Les comparto la experiencia de Fofi, Lomito y Pipa viajando desde Argentina hacia España:
Buenos Aires – Barcelona: Toda una aventura para Pipa y Lomito.
“¡Me acaban de llamar. Quedé en el trabajo. Nos vamos a vivir a Barcelona!” Recuerdo esa frase como si fuese ayer. Pero fue en diciembre del 2019. En ese momento nos encontrábamos en una casa en el sur Argentino pasando las fiestas con la familia de mi marido Tomás (Tomi para los amigos). Nos enteramos de la gran noticia un día antes de Navidad. A pesar de explotar de felicidad también se nos vinieron los nervios encima, la duda de contarlo a la familia en ese momento con el miedo de arruinar la noche buena… Imagínense el nivel de mis nervios que me dio fiebre. No paraba de temblar…
La verdad es que con Tomi siempre deseamos tener la experiencia de vivir afuera, sin importar si era por 1 mes, 1 año o 10. Pero del deseo utópico a la realidad hay una gran diferencia! Cuando sabes que la experiencia es real y próxima se vienen los miedos, incertidumbre, ansiedad, alegría y todo tipo de emociones que son difíciles de describir.
Olvidé de presentarme. Mi nombre es Federica (Fofi para los amigos, y hasta diría que para todos porque casi nadie me llama Federica jaja). Como dije anteriormente, con Tomi siempre quisimos tener en nuestro curriculum de vida la experiencia de haber vivido afuera del país. Por más que amamos la Argentina, a nuestra familia y amigos queríamos probarlo.
Pero había dos grandes cosas en las que coincidíamos. Una es que no había chances de irnos a “probar suerte”. Nos gusta la aventura, pero no tanto. La condición para irnos era si uno de los dos conseguía contrato de trabajo, ya que no estábamos dispuestos a arriesgarlo todo.
Y la otra es que la mudanza de país implicaba trasladar a Pipa y a Lomito con nosotros.
¿Quiénes son? Nuestros peludos, como los llamamos nosotros.
Pipa es nuestra gata de 6 años. Ella es la gata más arisca y mimosa del mundo. Sí, ambas a la vez! Es nuestra Pipa, Pupsi, Pipi, la bipolar 🙂
Y Lomito es nuestro perro de 2 años. Cómo describirlo a Lomito … es una bola llena de energía y expresión que te alegra los días (y también te saca canas verdes jaja).
Ambos son mestizos y fueron adoptados en Buenos Aires. ¡Son todo para nosotros! ¡Y juntos formamos una increíble familia “atípica!
Volviendo al principio…Como no quisimos arruinar las vacaciones en el sur con la familia de Tomi preferimos guardarnos el secreto por unos días más. ¡Sí, fue una tortura! Durante los primeros días de enero decidimos juntar a las familias para contarles. Por más que en el fondo se lo imaginaban, porque sabían que Tomi se estaba postulando a varias búsquedas laborales en Europa, no tardaron en expresar mezcla de felicidad, tristeza y miedo. Recuerdo a mi mamá diciéndome: “Pero por qué se van? Si acá ambos tienen buen trabajo, casa con jardín, perro, gato, familia y amigos?”
Sinceramente no recuerdo bien qué le respondí en ese momento, pero ahora pensándolo en frío y con el diario del lunes puedo decir que nos fuimos para vivir la experiencia, para salir de nuestra zona de confort, para ganar calidad de vida y poder proyectar. Dos motivos que nos estaban perturbando en nuestra amada Argentina era la incertidumbre económica y
la inseguridad (que nos tocó de cerca).
Una vez que le contamos a la familia y amigos faltaba dar la noticia en el trabajo! Fue duro, pero en mi caso hasta aliviador. Para mí no fue solo una renuncia, sino un cierre a una etapa. Estaba renunciando al mundo marketinero y corporativo de la multinacional para irme a vivir a otro país a emprender mi sueño: estudiar Adiestramiento Canino. Se puede decir
que estaba saliendo de mi zona de confort, no?
Bueno, ya habíamos informado a todos y ahora nos esperaba la “Gran Cuenta Regresiva”. Dos meses completos para organizar todo. Dejar la casa donde estábamos viviendo, vender todos los muebles, vender el auto, armar las 12 valijas (sí, 12!), e iniciar los trámites de Pipa y Lomito. Aunque parezca mentira muchísima gente nos preguntó con quién íbamos a dejar a Pipa y a Lomito en Buenos Aires. Me enojaba muchísimo esa pregunta, ya que tenía total certeza de llevarlos con nosotros. Ni se me ocurría pensar en abandonarlos. No les voy a mentir…al principio no sabía ni por dónde empezar con los trámites de nuestros peludos. Inicialmente, ante la desesperación, quise contratar a una empresa que te
gestiona todos los trámites para trasladar mascotas, pero en cuanto me pasaron la exuberante cifra me motivé a hacerlo por mis propios medios.
Parece cliché pero me fue de muchísima ayuda el Instagram de Marian @fridathetravelingdog . No solo que sus posteos explican muy bien el paso a paso de los trámites, requisitos (microchip, vacuna antirrábica, Senasa, requisitos de la aerolínea, etc.) sino que además estuvo super abierta a responder mis dudas y contener mi miedo.
En cuanto a los trámites me daba terror olvidarme de algo. Pero sinceramente que solo se necesita de una buena planificación con ayuda de un calendario y organizarse con los tiempos. También me fue de mucha ayuda la veterinaria de Pipa y Lomito (veterinaria de Puppis) que estaba informada del paso a paso de traslado de animales al exterior, y me
transmitió tranquilidad y confianza. Afortunadamente los trámites fueron encaminándose a la perfección. Lo que más terror me daba era el día del viaje.
Algunos de mis miedos eran:
-¿Y si Lomito se escapa del transportín y se pierde en el medio de la pista? (hace unas pocas semanas había salido en el diario una noticia de ese tipo que me había dejado en shock)
-¿Y si Lomito se infarta del miedo?
-¿Si no se aguantan y hacen sus necesidades?
-¿Si Pipa se escapa pasando el detector de metales?
-¿Y si Pipa no para de maullar durante todo el vuelo?
Claramente eran todos miedos por nunca haber pasado por ese momento. La realidad es que no cabía la posibilidad de que Lomito se escape del transportín porque me aseguré de cerrarlo con precintos con mis propias manos. No podía tener la certeza de que no se infarte o tenga miedo, pero sí tomé los recaudos previos de hacer los chequeos de corazón con la veterinaria, de acostumbrarlo a ruidos de aviones, de bajarle la ansiedad con flores de bach, de habituarlo a estar dentro de su transportín, de ir un tiempo antes al aeropuerto para pasear y que pudiera hacer sus necesidades.
En el caso de Pipa también me tomé el tiempo de habituarla a su bolsito para que se sienta segura y protegida. Y al pasarla por el detector de metales (que te exigen sacarla del transportín y que pase en tus brazos) me aseguré de que tuviera un arnés con correa. Los 2 meses de preparativos pasaron volando! Y así llegó Marzo y el día de la mudanza de
Argentina a España.
La experiencia del vuelo en líneas generales fue buena. Claramente no dormimos en todo el vuelo, pero sí tuvimos la suerte de que la azafata nos dejara sacar a Pipa del transportín. Así que Pupsi viajó sobre mi falda. Volamos con Iberia con escala en Madrid. Admito que el tiempo que estuvimos en el aeropuerto de Barajas sentimos que fue una eternidad. Moríamos de ganas de saber cómo estaba Lomito, pero no nos quedó otra que esperar. Al llegar a Barcelona fuimos corriendo a buscar a Lomito (y las 12 valijas jaja). Me partió el alma ver la cara de tristeza que tenía cuando lo vimos.. “¿Habrá pensado que lo
abandonamos?” Fue duro, pero prometo que esa tristeza duró poco. ¡Increíblemente ni Pipa ni Lomito hicieron sus necesidades en 16 horas! En el caso de Lomito esperó a que controlaran que tuviera el microchip puesto + los papeles de Senasa y al salir del aeropuerto hizo lo suyo. Pipa esperó hasta que llegáramos a nuestro nuevo hogar y le pusiéramos la caja con piedritas. Orgullosa de nuestros peludos.
Más allá de llegar en Marzo a una nueva ciudad y a pocos días de que inicie el confinamiento por la pandemia mundial estamos sorprendidos de la increíble y rápida adaptación de Pipa y Lomito. Casi 1 año después de haber llegado podemos decir que los vemos a Pipa y Lomito más felices que nunca!
En resumen. Fue duro, pero lo que más valió la pena en mi vida.
Gracias Fofi, Lomito y Pipa!
Instagram: @comocanyfelino
I share with you the experience of Fofi, Lomito and Pipa traveling from Argentina to Spain:
Buenos Aires – Barcelona: An adventure for Pipa and Lomito.
“They just called me. I stayed at work. We are going to live in Barcelona! ” I remember that phrase as if it were yesterday. But it was in December 2019. At that time we were in a house in southern Argentina spending the holidays with the family of my husband Tomás (Tomi for friends). We heard the big news the day before Christmas. Despite exploding with happiness, our nerves also got on our feet, the doubt of telling the family at that moment with the fear of ruining the good night … Imagine the level of my nerves that gave me a fever. He kept shaking …
The truth is that with Tomi we always want to have the experience of living outside, no matter if it was for 1 month, 1 year or 10. But from utopian desire to reality there is a big difference! When you know that the experience is real and close, fears, uncertainty, anxiety, joy and all kinds of emotions come that are difficult to describe.
I forgot to introduce myself. My name is Federica (Fofi for friends, and I would even say that for everyone because almost nobody calls me Federica haha). As I said before, with Tomi we always wanted to have in our life curriculum the experience of having lived abroad. As much as we love Argentina, our family and friends wanted to try it.
But there were two great things we agreed on. One is that there was no chance of us going to “try our luck.” We like adventure, but not so much. The condition for leaving was if one of us got a job contract, since we were not willing to risk everything.
And the other is that the country move implied moving Pipa and Lomito with us.
Who are they? Our furry, as we call them.
Pipa is our 6 year old cat. She is the most surly and cuddly cat in the world. Yes, both at the same time! She is our Pipa, Pupsi, Pipi, the bipolar 🙂
And Lomito is our 2 year old dog. How to describe Lomito … it’s a ball full of energy and expression that makes your days happy (and it also brings out green gray hair haha).
They are both mestizos and were adopted in Buenos Aires. They are everything to us! And together we form an incredible “atypical family!
Going back to the beginning … As we did not want to ruin the vacation in the south with Tomi’s family, we preferred to keep the secret for a few more days. Yes, it was torture! During the first days of January we decided to gather the families to tell them. No matter how deep down they imagined it, because they knew that Tomi was applying for various job searches in Europe, they did not take long to express a mixture of happiness, sadness and fear. I remember my mom saying to me: “But why are they leaving? If you both have a good job here, a house with a garden, a dog, a cat, family and friends? “
I honestly don’t remember well what I answered at that time, but now thinking about it coldly and with the Monday newspaper I can say that we left to live the experience, to get out of our comfort zone, to gain quality of life and to be able to project. Two reasons that were disturbing us in our beloved Argentina were economic uncertainty and
insecurity (which touched us closely).
Once we told family and friends, we had to break the news at work! It was hard, but in my case even relieving. For me it was not just a resignation, but a closure to a stage. I was giving up the marketing and corporate world of the multinational to go to live in another country to undertake my dream: to study Dog Training. You can say
I was getting out of my comfort zone, right?
Well, we had already informed everyone and now the “Big Countdown” awaited us. Two full months to organize everything. Leave the house where we were living, sell all the furniture, sell the car, assemble the 12 suitcases (yes, 12!), And start the procedures for Pipa and Lomito. Believe it or not, many people asked us with whom we were going to leave Pipa and Lomito in Buenos Aires. That question made me very angry, since I was absolutely certain to take them with us. It did not occur to me to think of abandoning them. I’m not going to lie to you … at first I didn’t even know where to start with our furry procedures. Initially, out of desperation, I wanted to hire a company that manages all the procedures to move pets, but as soon as the exuberant figure was passed on to me, I was motivated to do it on my own.
It seems cliché but Marian’s Instagram @fridathetravelingdog helped me a lot. Not only that her posts explain very well the step by step of the procedures, requirements (microchip, rabies vaccine, Senasa, airline requirements, etc.) but she was also very open to answering my questions and containing my fear.
As for the paperwork, I was terrified of forgetting something. But honestly it only takes a good planification with the help of a calendar and organize with the times. The Pipa y Lomito veterinarian (Puppis veterinarian) was also very helpful to me, who was informed about the step-by-step transfer of animals abroad, and I conveyed calm and confidence. Fortunately, the procedures were heading perfectly. What terrified me the most was the day of the trip.
Some of my fears were:
-And if Lomito escapes from the carrier and gets lost in the middle of the track? (a few weeks ago a piece of news of that type had appeared in the newspaper that had left me in shock)
-And if Lomito gets a heart attack from fear?
-If they can’t stand it and relieve themselves?
-If Pipa escapes passing the metal detector?
– What if Pipa doesn’t stop meowing during the whole flight?
- Clearly they were all fears for never having been through that moment. The reality is that there was no possibility of Lomito escaping from the carrier because I made sure to seal it with my own hands. I could not be sure that he would not have a heart attack or be afraid, but I did take the previous precautions of doing heart checks with the veterinarian, getting him used to airplane noises, lowering his anxiety with bach flowers, getting him used to being inside his carrier, to go some time before to the airport to walk and that he could relieve himself.
In the case of Pipa, I also took the time to accustom her to her bag so that she feels safe and protected. And by passing her through the metal detector (which requires you to take her out of the carrier and into your arms) I made sure she had a harness with a leash. The 2 months of preparations flew by! And so came March and the day of moving in
Argentina to Spain.
The flight experience was generally good. Clearly we didn’t sleep the entire flight, but we were lucky that the flight attendant let us take Pipa out of the carrier. So Pupsi traveled on my lap. We fly with Iberia with a stopover in Madrid. I admit that the time we were at the Barajas airport felt like an eternity. We were dying to know how Lomito was, but we had no choice but to wait. When we got to Barcelona we ran to look for Lomito (and the 12 suitcases haha). It broke my soul to see the sad face he had when we saw him. “Did he think that we quit? ” It was hard, but I promise that sadness did not last long. Incredibly, neither Pipa nor Lomito did their business in 16 hours! In Lomito’s case, he waited for them to check that he had the microchip on + Senasa’s papers and when he left the airport he did his thing. Pipa waited until we got to our new home and put the box with pebbles. She proud of our furry ones.
Beyond arriving in a new city in March and a few days after confinement due to the global pandemic begins, we are surprised by the incredible and rapid adaptation of Pipa and Lomito. Almost 1 year after arriving we can say that we see Pipa and Lomito happier than ever!
In summary. It was hard, but the most worthwhile thing in my life.
Thanks Fofi, Lomito and Pipa!
Instagram: @comocanyfelino
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